“Tal como lo estás tú”, dijo el maestro muy calmado
Casi siempre nosotros escuchamos de los otros solamente nuestras ideas y conceptos. Nos escuchamos a nosotros mismos. Esto inhibe nuestro aprendizaje. Para aprender uno primero debe vaciarse a sí mismo de los viejos conceptos e ideas.
Sri Bhagaván dice: “Aprender es desaprender.” Cuando estamos atrapados a nuestra perspectiva lo que sucede es meramente “escuchar”. Una vez que has etiquetado a algún colega como falto de juicio, cualquier sugerencia que venga de él sonará irracional.
Tú ves su idea a través del lente de lo que tú asumes sobre él. Y así es con todas las relaciones.
Un esposo se torna de oído sordo a cualquier agonía de su esposa, si la tiene etiquetada de “tonta”. Las sugerencias de los niños generalmente son ignoradas por ser inmaduras.
La falta de atención se origina de nuestro ego que incesantemente juega el juego de “Yo sé más…” Tomando seguridad de lo que sabes o perspectiva, te rehúsas a aceptar nada que se esté fuera de tus dominios de conocimiento, previniendo el resquebrajamiento del ego.
Sin querer perder la batalla, tú prolongas el argumento así sea que la verdad esté ahí parada frente a tu cara.
Sin una mente abierta, el progreso en los planos material y espiritual es solo una fantasía. Una mirada rápida a las vidas de grandes hombres revelarán una tremenda humildad.
Con la humildad viene el escuchar y el aprender.
Sri Bhagaván dice, “El primer camino hacia escuchar es hacerse consciente de que no estamos escuchando.”
Estar iluminado es estar liberado del ego. Escuchar es natural para un hombre iluminado y toda lucha por probarse a sí mismo cesa. Él no contamina los hechos con asunciones.
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